
Supongo que la mayoría habréis reconocido al personaje de la foto de arriba. Este muchacho con pinta de púgil de gimnasio de barrio y de amante del tuning, no es otro que el portero, y circunstancial capitán, de uno de uno de los equipos de fútbol mas importantes del mundo, el
F.C. Barcelona. Los que os lo hayáis podido confundir con el Neng de Castefa o Carlos "El Yoyas" tampoco vais tan desencaminados, ya que la noticia que voy a reseñaros tuvo lugar también en Castelldefels y la pinta del chaval en la foto no hace otra cosa que no sea promover al equívoco.
Aunque los hechos se produjeron en diciembre del ya pasado 2008 (por cierto
Feliz 2009 a todos), me he decidido a comentarla por una simple razón de justicia y del mal uso que conscientemente se hace del rasero a la hora de medir las salidas de tono de unos y otros personajillos de la farándula (en este caso, la futbolística). En practicamente todos los telediarios se ha hablado de la detención, después de la tangana que hace poco más de una semana montó en un bar el capitán del Liverpool, Steven Gerrard (siguiendo la tradición de "angelitos" como Eric Cantona, Paul Gascoigne o Wayne Rooney).

La noticia del incidente con el jugador del equipo inglés fué comentada hasta la saciedad y utilizada como ejemplo de la actitud y comportamiento que un personaje publico, deportista de élite como él, y figura ejemplar para muchos jóvenes y niños no debe tener fuera de los terrenos de juego. Similar episodio protagonizó en un cine de Castelldefels, Victor Valdes, el pasado 10 de diciembre (aunque este, sin la "excusa" del alcohol).
Al parecer el muchacho acudió a un cine de la mencionada localidad catalana para ver una película (desconocemos cual, aunque me corroe la curiosidad) acompañado de una señorita, la cual en medio de la proyección sacó un cigarro de su bolso y lo encendió para disfrutar de ese pequeño placer que produce la nicotina en los momentos de relax. Porque la verdad, seamos sinceros, ¿a que fumador no le ha apetecido nunca echarse un cigarrito mientras veía una película? Seguro que a muchos. Pero tienen que JODERSE, y no hacerlo, por respeto, así como por otros muchos motivos de seguridad OBVIOS en una sala atestada de gente, y de objetos susceptibles de incendiarse con facilidad. Pero se ve que la acompañante del futbolista, no sabemos si por falta de conocimiento o envalentonada por la entidad de su popular mancebo, decidió pasarse por el forro todas las indicaciones de "PROHIBIDO FUMAR" y darse el gustazo. Al instante, un espectador, haciendo lo que cualquiera de nosotros supongo que hubiésemos hecho, recriminó la actitud de la chica y le pidió que apagase el cigarro. Ante dicha petición, el jugador de fútbol con la ya clásica actitud del "usted no sabe con quien esta hablando", inició una acalorada discusión con el espectador al que terminó dándo un puñetazo que le partió literalmente la cara y acto seguido intentó huir de la sala junto con su acompañante al ser consciente de la que se le podía venir encima. Al presenciar semejante acto de violencia y "sobradez" de la pareja, el resto de espectadores les bloqueó la salida y fueron retenidos allí hasta la llegada de la policía. Finalmente, previo paso por los servicios de urgencias de un centro medico, el espectador agredido denunció los hechos en comisaría.

Todo lo relatado anteriormente esta basado en lo que declaró el agredido, y en las versiones de los demás espectadores que ocupaban la sala cuando se produjo el altercado. Al día siguiente, el jugador barcelonista hizo lo propio, y denuncio a su vez al espectador, también por agresión
¿¿?? Será que se hizo daño en sus millonarios puños cuando impactaron en la cara del pobre hombre.
Algo similar aconteció también en una discotequera noche del pasado verano, cuando el defensa del Real Madrid, Sergio Ramos, haciendo uso también del ya habitual "lenguaje de los puños", tuvo a bien romper nariz y gafas a un periodista, al que posteriormente tuvo que indemnizar con 6000€. Cifra que a todas luces, solo supone un agujero de alfiler en las cuentas bancarias de estos ídolos de masas.

Los respectivos clubes de fútbol a los que pertenecen estos macarras, en tiempos en los que tan en boga están las campañas antiviolencia, lejos de castigarlos pública y ejemplarmente, los encubren, al igual que las televisiones de este país, tocando por encima el tema (cuando se toca) y poniendo como ejemplos censurables la actitud de los futbolistas ingleses, para que mientras estos quedan como
hooligans, los "nuestros", después de pagar las vergonzantes y ridículas sanciones de indemnización por las agresiones que cometen, puedan seguir vendiendo camisetas, celebrando sus cumpleños con docenas de prostitutas de lujo y "aquí no ha pasado nada". Yo creo que no hace falta irse tan lejos para encontrar a gilipollas prepotentes. Los tenemos en casa y los vitoreamos cada domingo. Me gustaría terminar parafraseando a un viejo amigo mío que siempre decía:
"
El dinero en manos de la ignorancia...
es una bomba de relojería".