
Ese debería ser el nuevo lema de la
DGT para el próximo año 2009: "
Si DEBES, no Conduzcas". Ya que al parecer, según su propio director, el ilustre Pepe Navarro (no el presentador, al que ya se ha declarado oficialmente "tragado por la tierra" desde el éxito que tuvo con su programa "
Ruffus&Navarro
Unplugged" hace ya casi tres años) ese es el motivo por el cual ha aumentado el numero de siniestros en las carreteras de este país: el DEBE, y el HABER. O lo que es lo mismo, los problemas con la contabilidad que tenemos los españoles de a pie, y no "los de a
BMW" (como dijo un ingenioso presentador de
CQC en su día... cuando aún quedaban).
A juicio de este señor, la crisis es uno de los motivos por los cuales ha aumentado el numero de accidentes de circulación en España en fechas recientes. La crisis al parecer, provoca que no vayamos concentrados en la conducción, y en lugar de ir pensando en nuestras cosas (como habitualmente hacemos) nos peguemos las castañas que nos pegamos.


Al mismo nivel del que arreglaba los problemas de fin de mes dejando menos propinas en los cafés, y sin ningún rival digno en mil
jodidas millas a la redonda, le hago entrega al
Sr. Navarro del galardón "Cagada de la Semana".
Este buen señor, en lugar de reconocer que los problemas de siniestralidad en las carreteras españolas se deban a que la gente sigue conduciendo como le sale del forro (y por otro lado, de que las medidas que se han aplicado para paliar este problema son inútiles) nos suelta esta perla tan bien pulida y se queda tan ancho.

Hubo una época (años ha...) en la que los salteadores de caminos tenían atemorizados a los viandantes que se desplazaban de un núcleo de población a otro por motivos mercantiles (amen de muchos otros), y que les sustraían la bolsa de monedas que llevaban encima, previa somanta de palos. En vista de semejante problema, en el Siglo
XV de Nuestro Señor, sus majestades (por aquel entonces Isabel y Fernando, los Reyes Católicos) aprobaron la creación de un cuerpo que brindase seguridad al pueblo llano y de a pie (o de "a
borriquito") creándose de este modo la Santa Hermandad.

Toda esta introducción (aparentemente un poco
divagante y poco relacionada con la versión de
Stevie Wonder con la que comenzaba esta entrada) es simplemente un pequeño recordatorio de la protohistoria de uno de los cuerpos de seguridad del estado que más respeto impone a cualquier mortal que haya nacido en esta "piel de toro": La Guardia Civil. Y concretando

un poco más en cuanto a "imposición de respeto"... la Guardia Civil de Tráfico. Esos caballeros de verde, con botas altas y oscuras lentes, cuyas siluetas
siniestramente recortadas en el horizonte y emplazadas en lo mas alto de los badenes de las carreteras de nuestro país, "velan" por nuestra seguridad. ¿A quien no le resultan a estas alturas familiares, esas figuras que han hecho del concepto "firmes" y de sus poses de porte vertical un arte; de sus
andares acompasados de culo prieto una constante estética; y de
la diligencia y la educación un estandarte?
Es tremendamente irónico que en los albores de la Edad Moderna (fechada en la toma de Constantinopla por los turcos en el año 1453) a quien se temía en los caminos y vías públicas era a los salteadores y bandoleros. Hoy día, 550 años después, en las carreteras, el cuerpo que se había creado para protegernos de estos malhechores, es el que nada mas divisarlo, nos pone la carne de gallina cuando vamos al volante de nuestro utilitario. Es para motivo de estudio, que el terror que se tenía antaño a los salteadores de caminos, sea hoy el mismo que se le tiene a la Guardia
Civil de Tráfico. Son estos
sheriffs del siglo
XXI los que protagonizan escenas como la que vivió un hombre que tuvo que abonar una
multa de 60€ por hablar con su acompañante mientras circulaba; o la aplicación de "criterios" de la que hicieron gala los
Mossos d'Escuadra sancionando a una conductora por "
tocarse el pelo" mientras conducía su vehículo. Este tipo de situaciones son las que le hacen a uno

perder la fe en la eficacia de este tipo de Fuerzas de Seguridad que
patruyan por ahí (preferentemente los días soleados) impartiendo la ley
in situ, mientras siguen
paseándose al fresco hijos de la gran p*** como
Tomas Delgado Bartolome.
Sí, tiene usted razón señor Pepe Navarro, la culpa es de la crisis. Si es que... hay q ver donde tendremos la cabeza!!
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