Cuando hay elegancia y estilo, por algún lado tiene que salir. Y la clase, cuando la hay, sale... aunque sea por el culo, pero sale. Y es que hay artistillas, artistas y ARTISTAS con [BloqMays]. Aquí tenemos un ejemplo de........ los primeros. Rod Stewart. Chapeau por el. Ha sido el artífice de una de las tomaduras de pelo más grandes de la historia de la música moderna. Pero os cuento la historia...Allá por el 2002, un Rod Stewart en horas bajas tuvo la tremendamente original y brutalmente rompedora idea de............ ¡¡¡sacar un disco de versiones!!!
El panorama musical se quedó helado con la valentía de la que hacía gala este pájaro loco de Londres al ver como se tiraba a la piscina sin flotador siendo el protagonista de un proyecto kamikaze desde todos los puntos de vista. Volver a los escenarios enfundado en un frac e interpretar clásicos de la época dorada de las big bands, era a todas luces una innovadora hazaña musical sin precedentes en el show business contemporáneo, y eso conllevaba sin ningún género de dudas, un riesgo tremendo para un artista con una reputación y un estilo tan marcado como el suyo. Siempre fiel a una línea que ha seguido espartanamente a lo largo de los años.
El disco llevó por títu
lo "It had to be you... The Great American Songbook", y después de unos titubeantes inicios, los sendos triples multiplatino en USA y Canadá, y el platino de la siempre exigente UK, disiparon las posibles dudas. Todos respiraron aliviados y brindaron por el éxito.Pero obviamente, historia no acaba aquí. Un puñado de multiplatinos no es algo baladí. Así que su productor, hombre de gran oficio y conocedor de cómo funciona el negocio discográfico, hizo lo que hubiese hecho cualquiera con dos dedos de frente. Cogió al bueno de Rod y le dijo:
"Rod, ¿que te parece si cerramos el book con un buen broche?"
A lo que Rod respondió al productor:
"Buff señor productor, a ver si nos vamos a pegar una buena castaña por avariciosos"
A lo que el productor le dijo:
"Amigo Rod, en esta vida hay que arriesgarse por tus sueños y por aquello en lo que crees"
Y allá se tiraron a la piscina otra vez los dos, quedando el disco en cuestión bautizado con el nombre de "As Time Goes By - The Great American Songbook (part II)", que incluía incunables como la canción principal de la película "Casablanca" y que da nombre al proye
cto. Ahí es nada. Y fijaos si confiaban tanto en el pálpito que habían tenido, que hasta tiraron la casa por la ventana con colaboraciones de auténtico lujo como Cher o Queen Latifah. La corazonada quedó reafirmada con sendos dobles, esta vez, multiplatinos en USA y Canadá, y repitiendo de nuevo con el mismo metal en la tierra que lo vió nacer.Rod estaba en una nube. Se había redescubierto a sí mismo, y esa faceta de crooner desconocida por él hasta la fecha le hacía sentir que el mundo era una chocolatina. Tanto es así, que en apenas un año ya estaba en el mercado "Stardust... The Great American Songbook, Volume III". Ya ni siquiera era una "part", sino un "volume" en toda regla. Algo grande acababa de nacer. Y sólo alguién como el Sr. Roderick David Stewart, un titán de la música, podía aguantar sobre sus hombros cual Atlas, la responsabilidad y seriedad de semejante proyecto. Y no os vayáis a pensar que iban a vivir
de rentas y aquí nos iban a intentar meter un gol con temas de tercera división, para nada. Eran todas canciones de las buenas. Pero buenas, buenas... Y cuando digo buenas, me refiero a canciones de la talla de "What a Wonderful World" de Louis Armstrong o "Night and Day" entre otras, que trufaban de sofisticación este ensoñador trabajo que nos hacía poder llegar incluso a tocar con nuestros dedos el stardust que le da nombre. Como no podía ser de otro modo, la recompensa no se hizo esperar, y aunque no fué tan generosa la fidelidad de sus fans como en los anteriores discos, esta nueva apuesta musical no bajó del platino en los mismos países que habían encumbrado su trabajo anteriormente.Nos ponemos ya en el año 2005, y sale al mercado "Thanks for the memory... The Great American Songbook, Volume IV". Mismos perros, mismos collares. El amigo Rod no engaña a nadie, pero siempre da de lo bueno lo mejor, y de lo mejor, lo superior. Un poco de soul y un poco de swing. Churras y merinas a partes iguales hacen de este disco otro exitazo que repite la hazaña del anterior con el mismo noble metal y en los mismos nobles países.
Pero llega el 2006 y a Rod The Mod, se le va la pinza totalmente. Contra todo pronóstico quiere romper con su pasado más inmediato, y por miedo seguramente al encasillamiento artístico, se enfunda unos vaqueros y quiere recordarnos que es un rebelde to the hambone de Jabugo y que en sus años mozos compartió escenario con Ron Wood, guitarrista de los Stones. Quiere refrescarnos la memoria mostrándonos de dónde viene, de las fuentes en las que refrescaba su aterciopelada garganta y de qué material esta hecho este eternamente jóven inglés. Para ello no le queda más remedio que poner toda la carne en el asador y sacar "Still the same... Great Rock Classics of Our Time". Oh Yeah!! Temas como "I'll Stand by You" de The Pretenders o "It's a Heartache" de Bonnie Tyler nos muestran su vena mas wild y rockera, haciéndonos cada vez más difícil el encasillamiento de este versátil artista que rompe moldes a cada paso que da, y consiguiendo de nuevo el preciado metal en Canadá y un merecidísimo oro en los restantes países que ya os habréis imaginado, incluyendo... ¡¡Brasil!!Tres años apartado de lo
s estudios de grabación para descansar es lo mínimo que se podía permitir The Lad Supreme antes de agarrar al 2009 por las solapas y zarandearlo a ritmo de soul. Sí amigos, el satén regresa a los oídos de los fans, pero dejando atrás los American Songbooks. Esta vez un nuevo book entra en las billboards como un terremoto de 10 grados en la escala de Richter: "Soulbook". Así a secas. Sin dobles juegos. Sin dobles lecturas. Entre ceja y ceja. Sincero y franco como es Rod. No podía ser de otro modo. Y una vez más tirando la casa por la ventana con duetos con artistas que, salvo en contadas ocasiones se han prodigado en cantar acompañados, como Mary J. Blige o Stevie Wonder. El disco, después de 3 años de sequía, es acogido por la sedienta audiencia canadiense y premiado una vez más con el metal favorito de Rod, el platino.The Rodfather, mientras prepara el asalto al K2 de las listas de ventas con uno de sus proyectos más ambiciosos y personales, no quiere dejar a su público sin nada que llevarse a los oídos hasta el siguiente año, asi que publica un misterioso disco de nombre "Once In A Blue Moon - The Lost Album". Una reedición de un trabajo suyo del año 1992 en el que ha tenido el detalle de incluir dos temas inéditos y ocultos (de ahí lo del misterio), que es nada más y nada menos que un album donde, una vez más, una diarrea de versiones saciará los apetitos musicales más exigentes.
NOTA: No puedo ofreceros los datos de ventas de este disco, ya que no constan en la página que estoy mirando, y aunque seguro que los hubiese encontrado por algún lado con facilidad, ¿a quién le importa?
Y ya casi como quien no quiere la cosa nos plantamos en el pasado 2010, donde Rod cree que debe hacer un sincero y franquísimo homenaje al más grande. Estoy hablando, como ya habréis imaginado, de nada más y nada menos que ¡¡¡Frank Sinatra!!! PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS. Este as se lo tenía guardado el malandrín de Rod en la manga. Si es que se las sabe todas. Lo bueno para el final. Pillín, pillín... Pues, ¿qué queréis que os diga? "Fly me to the Moon... The Great American Songbook, Volume V", a pesar del tirón de orejas recibido por sus fans norteamericanos por haberlos hecho esperar (a quién se le ocurre) que dejan su disco de ventas revestido de un discreto oro, no le vamos a quitar a estas alturas mérito a este entrañable y viejo pájaro loco, ¿verdad?
¡Ah, por cierto! Para todos los que no hayáis podido acercaros en su día a estas obras maestras de la música, Rod&co han sacado recientemente un album recopilatorio (motivo por el cual he escrito todo esto enrollándome ligeramente) de lo mejor de los songbooks, que si, a su vez, reunían lo mejor de la música americana, probablemente estemos ante el mejor disco de todos los tiempos. Dicha edición lleva el poco pomposo y original nombre de "The Best Of... The Great American Songbook". Yo sinceramente le hubiese cambiado el nombre y le hubiese puesto "The Great American Songbook - Se va a cagar la Perra", pero son cosas mías y además yo de marketing no entiendo. El resultado de todo este durísimo trabajo son, CERO discos de material original, pero eso sí, nueve discos de versiones en diez años. Como decían en Verano Azul, ¡¡Chupa del frasco Carrasco!!A la espera de "The Very Best Definitive Ultimate Greatest American Songbook Hits Collection in the World Ever" está ya proyectado para la Navidad del 2011 el "Fuck the Police... The Great HipHop Songbook", donde Rod homenajeará a Public Enemy y Wu-Tang Clan, incluyendo también una estupenda versión de "Thong song" de Sisqo. Y ya para principios de 2012 el artista volverá al estudio de grabación para preparar "Mexan por nós e din que chove... The Great Muiñeira Songbook" con versiones de clásicos como "Unha noite no muíño" y "Pousa, Pousa". No sé vosotros, pero yo no sé si podré esperar tanto...
