
Allá por el 2002, un Rod Stewart en horas bajas tuvo la tremendamente original y brutalmente rompedora idea de............ ¡¡¡sacar un disco de versiones!!!
El panorama musical se quedó helado con la valentía de la que hacía gala este pájaro loco de Londres al ver como se tiraba a la piscina sin flotador siendo el protagonista de un proyecto kamikaze desde todos los puntos de vista. Volver a los escenarios enfundado en un frac e interpretar clásicos de la época dorada de las big bands, era a todas luces una innovadora hazaña musical sin precedentes en el show business contemporáneo, y eso conllevaba sin ningún género de dudas, un riesgo tremendo para un artista con una reputación y un estilo tan marcado como el suyo. Siempre fiel a una línea que ha seguido espartanamente a lo largo de los años.
El disco llevó por títu

Pero obviamente, historia no acaba aquí. Un puñado de multiplatinos no es algo baladí. Así que su productor, hombre de gran oficio y conocedor de cómo funciona el negocio discográfico, hizo lo que hubiese hecho cualquiera con dos dedos de frente. Cogió al bueno de Rod y le dijo:
"Rod, ¿que te parece si cerramos el book con un buen broche?"
A lo que Rod respondió al productor:
"Buff señor productor, a ver si nos vamos a pegar una buena castaña por avariciosos"
A lo que el productor le dijo:
"Amigo Rod, en esta vida hay que arriesgarse por tus sueños y por aquello en lo que crees"
Y allá se tiraron a la piscina otra vez los dos, quedando el disco en cuestión bautizado con el nombre de "As Time Goes By - The Great American Songbook (part II)", que incluía incunables como la canción principal de la película "Casablanca" y que da nombre al proye

Rod estaba en una nube. Se había redescubierto a sí mismo, y esa faceta de crooner desconocida por él hasta la fecha le hacía sentir que el mundo era una chocolatina. Tanto es así, que en apenas un año ya estaba en el mercado "Stardust... The Great American Songbook, Volume III". Ya ni siquiera era una "part", sino un "volume" en toda regla. Algo grande acababa de nacer. Y sólo alguién como el Sr. Roderick David Stewart, un titán de la música, podía aguantar sobre sus hombros cual Atlas, la responsabilidad y seriedad de semejante proyecto. Y no os vayáis a pensar que iban a vivir

Nos ponemos ya en el año 2005, y sale al mercado "Thanks for the memory... The Great American Songbook, Volume IV". Mismos perros, mismos collares. El amigo Rod no engaña a nadie, pero siempre da de lo bueno lo mejor, y de lo mejor, lo superior. Un poco de soul y un poco de swing. Churras y merinas a partes iguales hacen de este disco otro exitazo que repite la hazaña del anterior con el mismo noble metal y en los mismos nobles países.

Tres años apartado de lo

The Rodfather, mientras prepara el asalto al K2 de las listas de ventas con uno de sus proyectos más ambiciosos y personales, no quiere dejar a su público sin nada que llevarse a los oídos hasta el siguiente año, asi que publica un misterioso disco de nombre "Once In A Blue Moon - The Lost Album". Una reedición de un trabajo suyo del año 1992 en el que ha tenido el detalle de incluir dos temas inéditos y ocultos (de ahí lo del misterio), que es nada más y nada menos que un album donde, una vez más, una diarrea de versiones saciará los apetitos musicales más exigentes.
NOTA: No puedo ofreceros los datos de ventas de este disco, ya que no constan en la página que estoy mirando, y aunque seguro que los hubiese encontrado por algún lado con facilidad, ¿a quién le importa?


A la espera de "The Very Best Definitive Ultimate Greatest American Songbook Hits Collection in the World Ever" está ya proyectado para la Navidad del 2011 el "Fuck the Police... The Great HipHop Songbook", donde Rod homenajeará a Public Enemy y Wu-Tang Clan, incluyendo también una estupenda versión de "Thong song" de Sisqo. Y ya para principios de 2012 el artista volverá al estudio de grabación para preparar "Mexan por nós e din que chove... The Great Muiñeira Songbook" con versiones de clásicos como "Unha noite no muíño" y "Pousa, Pousa". No sé vosotros, pero yo no sé si podré esperar tanto...